Donar con total confianza
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Los pagos realizados en la página web del Santuario de Lourdes son 100 % seguros. Un sistema de codificación garantiza la confidencialidad y el tratamiento seguro de sus datos.
Toda la información bancaria para procesar el pago está cifrada mediante el protocolo SSL y, en ningún caso, se almacena en nuestros sistemas informáticos.
Las cuentas anuales del Santuario de Lourdes (Asociación Diocesana de Tarbes y Lourdes) son auditadas y certificadas por un auditor.
Hacer una donación
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Hacer una donación mensual
Apoyar al Santuario de Lourdes cada mes significa participar de manera concreta en su misión espiritual y en la acogida de peregrinos de todo el mundo. Este acto de fidelidad asegura que el Santuario pueda continuar a largo plazo su misión de servicio a las personas más vulnerables, enfermas o en busca de esperanza, al mismo tiempo que preserva los lugares de culto que todos veneramos en oración.
Al elegir la donación periódica:
Distribuye su aportación a lo largo del año, facilitando así la gestión de su presupuesto.
Conserva la libertad de interrumpir o modificar el importe de su contribución en cualquier momento.
Reduce la recepción de correspondencia relacionada con solicitudes de donaciones (excepto en situaciones de emergencia).
Un apoyo valioso y duradero para el Santuario:
Menores gastos, mayor ayuda: la regularidad de las donaciones reduce los costes de captación, lo que permite destinar más recursos a la acogida de peregrinos, la pastoral, la atención médica y el mantenimiento del Santuario.
Estabilidad de las misiones: las donaciones mensuales ofrecen una base financiera sólida que garantiza la continuidad de los proyectos, especialmente en el acompañamiento de las personas enfermas y en las labores de restauración y conservación.
Mayor capacidad de respuesta en caso de emergencia: un apoyo constante permite responder con mayor rapidez a las necesidades que puedan surgir.
Al convertirse en donante habitual, brinda al Santuario la posibilidad de planificar sus acciones con confianza, respondiendo así al llamado de María: «Que se venga en procesión».
