¿Y si tu generosidad siguiera actuando mucho después de tu vida?

Desde hace más de 160 años, el Santuario de Lourdes es un lugar de oración, sanación y acogida para millones de peregrinos de todo el mundo. No recibe ninguna subvención pública ni eclesiástica: vive exclusivamente gracias a la fidelidad y generosidad de quienes creen en su misión.

Transmitir total o parcialmente tu patrimonio al Santuario es un acto fuerte y duradero de fe y esperanza. Es contribuir a la acogida de las personas enfermas o vulnerables, a la conservación de los lugares sagrados y a la transmisión del mensaje de la Virgen María a las generaciones futuras.

Lourdes garantiza una gestión rigurosa, respetuosa de tus voluntades y completamente exenta de derechos de sucesión. Tu generosidad se convierte así, sin pérdida, en obras concretas al servicio del Evangelio y de los más vulnerables.