Se prepara la peregrinación 2020

publicado en: En este momento | 0

Congresos en toda Europa

Durante el invierno, las diócesis, los directores de peregrinación y las Hospitalidades organizan congresos donde se invita a todas las personas encargadas de la organización de la peregrinación a Lourdes. Comparten y dan forma a las propuestas que animarán la peregrinación.

Algunas imágenes de estos intercambios.

«Yo soy la Inmaculada Concepción»

El tema del año 2020 se inspira de las palabras elegidas por la Señora para responder a la pregunta de Bernardita para presentarse: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Para ilustrarlo, los peregrinos podrán encontrar todo lo necesario en los textos que ponemos a su disposición en nuestra página internet

Tres celebraciones

Para ayudarles en la realización de su peregrinación les proponemos algunos gestos que pueden incluir en su tiempo de estancia en Lourdes.

Realizar el gesto del agua

Jesucristo nos vuelve a dar acceso a la fuente de la vida que se encuentra en nuestro corazón gracias al bautismo. El Santuario propone una celebración del agua, individual o comunitaria. Se pueden añadir canciones u oraciones (prever recipientes llenos de agua de la Gruta y vasos).

Encender una vela

María Inmaculada es un ser de luz. La vela que enciende Bernardita la ayuda a rezar porque recuerda a la que regalan los padrinos durante el bautismo. Imitemos a Bernardita, vayamos a la Gruta a pedir una luz para nuestra vida. En Lourdes, el día se termina con una procesión con antorchas a partir de las nueve de la noche.

Confesarse

Bernardita, al ver a la bella señora de Massabielle «envuelta en una luz», tomó conciencia de sus pecados y se confesó por primera vez en su vida tres días después de la primera aparición. El tema pastoral «Yo soy la Inmaculada Concepción» permite reflexionar sobre el perdón, porque la presencia de María abre a la esperanza. El perdón concedido o recibido abre la vida del hombre. Vuelve a ser libre. El santuario propone una celebración del perdón bajo la mirada de María. Recemos a María para que, tranquilizados por su ternura y la misericordia de Dios, podamos recibir el sacramento de la confesión.